lunes, 7 de noviembre de 2011

Actividad 4. Resumen de La descolarización.

Resumen de La descolarización.




Capitulo 1.

La institución escolar es un paradigma del tipo de visión del mundo generada por todas las demás instituciones de la sociedad actual; la familia, los partidos políticos, el ejército, la iglesia, los medios informativos. Todos estos organismos poseen un “curriculum oculto” que puede definirse como el resultado de ser sometido a un proceso de manipulación institucional, de definición de valores. Esta institucionalización de los valores es la que, según Illich, conduce a tres dimensiones que forman parte de un proceso más amplio de degradación social y personal.


Tal proceso de degradación se verifica y acelera cuando necesidades no materiales se presentan como demandas de bienes, es decir, cuando la salud, la educación y el bienestar psicológico son considerados como resultado de servicios o tratamientos ofrecidos, desde luego, por instituciones. Así pues, llega a la conclusión de que no es sólo la educación, sino la sociedad en su conjunto la que debe ser desescolarizada, la que debe rebelarse ante la autoridad institucional que define lo que es y lo que no es legítimo o deseable.


La escuela, dice Illich, ha llegado a ser la religión del proletariado actual al hacer promesas a los pobres. La escuela no libera porque en su afán de educar sujeta a los alumnos a medidas de control social; los certificados escolares son índices que permiten manipular el mercado de trabajo. La escuela divide la realidad en dos terrenos, algunos procesos y medios que son considerados educativos, y otros que no lo son. La escuela divide la sociedad internacional en “castas” según el nivel escolar de los países, presentando un “ideal” educativo inalcanzable, pues además de resultar incosteable, se apoya en el falso supuesto de que la mayor parte del saber es resultado de la enseñanza proporcionada por el ritual de la institución escolar.

Capitulo 2.

El autor encuentra que básicamente son cuatro las funciones de los sistemas escolares modernos: custodia, selección, adoctrinamiento y aprendizaje. Estas funciones son desarrolladas dentro de la escuela a la que define así “el proceso que especifica edad se relaciona con maestros y exige asistencia de tiempo completo a un curriculum obligatorio”.

1) Edad: La escuela agrupa a las personas según sus edades; existe la creencia, por ejemplo, de que los “niños” deben estar en la escuela, aprenden en la escuela y sólo se les puede enseñar en la escuela.

2) Maestros-Alumnos: Por definición, los niños son considerados como alumnos, por lo tanto su aprendizaje depende de un maestro. La escuela a su vez se sustenta en la afirmación de que el aprendizaje es resultado de la enseñanza cuando, en realidad, la mayor parte de lo que sabemos lo hemos aprendido precisamente fuera de la escuela. Aun en la escuela misma, el aprendizaje no depende totalmente del maestro, sino de variables como las estrategias para pasar exámenes, la capacidad memorística de los alumnos, su relación con los compañeros de clase...

3) Asistencia de tiempo completo: La obligación de asistir a clases sumerge a los niños en una especie de contexto sagrado educativo”. De tal modo, se los aparta del contacto con la realidad cotidiana. Al mismo tiempo, el profesor asume las funciones de custodio, predicador y terapeuta, con el derecho de participar e incluso dirigir las vidas privadas de sus alumnos.

Capitulo 3.

Illich analiza en este capítulo las principales conexiones entre el consumo escolar y el consumo social.

Al graduado se le escolariza para cumplir un servicio selectivo entre los poderosos en la sociedad. El alcanzar niveles superiores de educación significa que de alguna manera se ha cumplido satisfactoriamente con las reglas del juego del sistema en las primeras etapas escolares.

Ahora bien, esta capacidad de fijar dichas metas es bastante nueva: Illich la ubica en la década de los sesentas, cuando se difunde en las sociedades la “ilusión” de un acceso igual a la educación pública. Anteriormente no era automática la conversión del conocimiento en riqueza. Esta conversión ha conseguido que se pierda la búsqueda del saber, característica de las universidades antiguas, cuyos egresados eran más bien outsiders sociales. Ahora, en cambio, tanto para los estudiantes como para las naciones, el estudio es considerado como una inversión que promete ganancias económicas y un factor clave para su desarrollo.

El autor enlista una serie de mitos producidos por la escolarización social:

-       El mito de los Valores Institucionalizados

-       El mito de la Medición de los Valores

-       El mito de los Valores Envasados

-       El mito del Progreso que se Perpetúa a sí mismo

Después de analizar los valores mitificados producto del sistema escolar, Illich establece una similitud entre la Escuela Universal y la Religión Universal, apoyándose en los argumentos que a continuación se presentan:

La escuela es capaz de ser la Iglesia Universal de nuestra cultura dado que ninguna otra institución cumple mejor el papel de ocultar a sus participantes las discrepancias entre los “principios sociales” y la realidad social de nuestro mundo.

De esta manera, la escuela contribuye a crear un nuevo tipo de alienación; enseña la necesidad de ser enseñado por instituciones; esta nueva iglesia mundial es pues, “la industria del conocimiento, proveedora de opio y banco de trabajo durante un número creciente de años de la vida de un individuo”. La desescolarización es por consiguiente fundamental para cualquier movimiento de liberación del hombre.

Al plantear el autor que la escuela como industria de conocimientos ha llegado a ser el principal “patrón” de la sociedad, resalta al mismo tiempo el potencial revolucionario de la desescolarización.


Capitulo 4.

Partiendo de que el futuro de nuestra sociedad depende en parte importante de la elección de nuevas instituciones, más que del desarrollo de nuevas ideologías y tecnologías, el autor sitúa dicha elección entre dos alternativas básicas de instituciones tipo, ubicadas en los extremos de un espectro institucional.

A la derecha del mismo sitúa las “instituciones manipulativas” cuyo ejemplo tipo es la escuela. Estas instituciones se caracterizan por ser formadoras de hábitos.  Además son altamente costosas, selectivas y jerárquicas. Junto con la escuela, Illich considera instituciones manipuladoras a las que controlan la vida política, la asistencia médica, la comercialización, la administración de personal, etc. Al otro extremo del espectro nos encontramos con las “instituciones conviviales”, tales como las redes telefónica y postal, los parques, etc.: aquellas cuyas normas se dirigen únicamente al control de abusos en su empleo.

Así, Illich afirma su convicción de que un cambio social radical debe ser necesariamente precedido o al menos iniciarse con un cambio en la conciencia que se tiene de las instituciones, en un rejuvenecimiento del estilo institucional.

Capitulo 5.

Se reconoce que aún ahora la desescolarización social es una causa sin partido. El autor hace una crítica a los innovadores educacionales que siguen apoyándose en la creencia de que la conducta adquirida bajo la vigilancia de un pedagogo es altamente valiosa tanto para el alumno como para la sociedad. Siguen buscando la manera de canalizar los recursos educativos a través de embudos institucionales: se continúa con la idea básica de que la educación es resultado de un proceso institucional dirigido por educadores.

En contraposición Iván Illich sostiene que una revolución educativa necesita apoyarse en nuevas orientaciones de la investigación, en una comprensión distinta del estilo educacional en vías de una contra-cultura naciente.

Capitulo 6.

En este capítulo se propone demostrar que lo contrario de la escuela es posible; o que podemos partir del aprendizaje automotivado, en el que los profesores deben “convencer” y obligar al estudiante para que dedique tiempo y voluntad al aprendizaje institucional; o que podemos ofrecer al alumno la oportunidad de establecer vínculos nuevos con el mundo.

El autor dice que un buen sistema educativo debe tener tres objetivos básicos:

  1. Proporcionar a todos los que lo deseen, el acceso a recursos de aprendizaje, disponibles en el momento que lo necesiten.
  2. Proporcionar la oportunidad de compartir lo que saben a quienes quieran hacerlo, encontrando a quienes quieran aprender de ellos.
  3. Proporcionar la oportunidad de presentar en público los tomas de debate a quienes deseen presentar sus argumentos.

Como formas de proporcionar acceso a los recursos, Illich presenta tipos de “tramas educacionales”. Estas tramas son las siguientes

-       Servicio de Referencia de Objetos Educativos.

-       Lonjas de Habilidades de Servicio de Búsqueda de Compañero.

-       Servicio de Referencia de Educadores Independientes.

Capitulo 7.

El autor se remite a la mitología griega a través de la historia de dos hermanos: Prometeo y Epimeteo. El primero roba el fuego a los dioses y lo trae a la Tierra, enseñando a los hombres a forjar el hierro. Epimeteo, duramente criticado por su hermano y por toda la Grecia clásica, se casa con Pandora, la diosa de la Tierra en la Grecia matriarcal, la que todo lo da.

Siendo considerada Grecia como la “cuna” de la civilización occidental, Illich establece una similitud entre la historia del hombre moderno y la historia de Prometeo; el empeño prometeico es traducido en un afán por crear instituciones a fin de atrapar cada uno de los males desencadenados con el olvido completo de la esperanza.

Epimeteo, por esperanzado, fue entonces sinónimo de percepción tardía, de lentitud. Prometeo, en cambio, simboliza el “progreso”, la planificación, el desarrollo tecnológico. Al contrario de los primitivos que poseían ritos sagrados como iniciación social, los griegos clásicos sustituyeron esto por la educación a través de la cual era permitido el acceso a las instituciones de legitimización social que habían sido creadas para enfrentarse a los males liberados.

El hombre clásico empieza a construir un contexto “civilizado” para vivir, a moldear el medio ambiente a semejanza suya.

El hombre contemporáneo además de intentar que este proceso sea completo, un entorno totalmente sujeto a su hacer planificador, se ha llegado a dar cuenta de que lo que puede hacer sólo a costa de rehacerse él mismo continuamente para adaptarse a su obra.

¿Qué alternativas podemos considerar ante un mundo de institucionalización de valores y procesos planificados?

Según Illich, si deseamos encontrar un nuevo equilibrio de nuestro medio ambiente global necesitamos desinstitucionalizar precisamente los valores que sustenta la sociedad de hoy. Esa minoría desconfía de las utopías científicas y comparte la sensación de encontrarse atrapada en las instituciones que el hombre mismo ha creado para dominar y conformar su medio, del mismo modo que Prometeo se encontraba atado a sus cadenas. Esta minoría “esperanzada” más que expectante, movida por la visión de que una nueva concepción del ser humano y de la realidad, desligada de la autoridad institucional, es necesaria para plantear un cambio social radical, es la que Elich denomina “epinieteica”.

Illich elige la escuela como paradigrna de la institucionalización de valores, de los contradictorios efectos de la planificación burocrática en la sociedad consumiste que prevalece en nuestros días, para llegar a plantear la necesidad de desarrollar una nueva actitud hacia el hombre mismo, envuelto en la ritualización del “progreso”. El mito del progreso como un proceso lineal, ha comenzado a desvanecerse.

El autor evidencia que todo poder institucional reside en lo que denomina su “curriculum oculto’; evidencia también que cualquier intento por cambiar las instituciones, comenzando por la escuela dado su papel de principal legitimadora de los valores sociales y de iniciadora en el consumo ritual, es un intento por cambiar el sistema social del cual forma parte.

Las soluciones propuestas por Elich a la escolarización actual, carecen en cierto grado de solidez pragmática, pero esta deficiencia se opaca ante la lucidez de su análisis de lo que bien podemos llamar *Contaminación ideológica”.


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